La sequía golpea con dureza a los pequeños productores agropecuarios del sector social en el sur de Tamaulipas y elnorte de Veracruz, donde el panorama es desolador ante la falta de lluvias y sin acciones oficiales que les permitan sobrellevar la crisis que tiene al campo en agonía.
En municipios como Pueblo Viejo, Tampico Alto, Ozuluama y Pánuco en la región norveracruzana, así como en Altamira y Aldama en la parte tamaulipeca, los pequeños ganaderos sobreviven con limitados recursos propios y el abandono de los tres niveles de gobierno.
En algunas zonas los presas están vacías desde hace 10 años debido a las lluvias escasas, insuficientes para que los embalses puedan captar el vital líquido para abrevar al ganado, o en su para el riego de cultivos, mucho menos para el uso doméstico de los habitantes.
El presidente de la Liga de Comunidades Agrarias de Pueblo Viejo y Tampico Alto, así como asesor de la Asociación Ganadera Local de Pueblo Viejo, León Almazán Zavala, dijo que “las presas están secas y no hay esperanza de buenas lluvias que las llenen”.
Aseguran estar abandonados a su suerte
En el municipio de Pueblo Viejo el abandono del campo yen el tema de las presas es más que evidente, prácticamente no existe ningún programa que recuerden en años que ayude con la construcción de presas, el desazolve o la ampliación de las que ya existen.
Llámense alcaldes, gobernadores, presidentes de la República o los legisladores, en este caso el local o federal del Distrito 01 han podido hacer gestión alguna en beneficio de los productores del área social, dijo Antonio Martínez, ganadero en esta parte del norte de Veracruz.
En el municipio de Pueblo Viejo son aproximadamente dos mil presas que abastecen a unos ocho mil animales en 70 ranchos y 200 parcelas dedicadas a la ganadería, donde el sector social ha permanecido en el abandono varios lustros.
Agua entre el limo y el lodo
Algunas presas aún conservan una poca de agua la que ayuda a los pequeños productores como Oscar Sosa, quien todos los días acude a su parcela para extraer, entre el limo y el lodo, agua para abrevar sus vacas.
Con ayuda de un traste metálico y una cubeta logra sacar con cuidado el agua de la presa que está a punto de secarse, misma que depositan en varios recipientes, ya que la utilizan de bebederos en los que pueden captar hasta 500 litros, la que realizan durante la mañana y en la tarde para que el ganado siempre tenga el vital líquido disponible.
Esta es la única fuente de agua más cercana y de la que puede disponer, ya que de lo contrario tiene que trasladarla de otra partes, pero eso significa un costo que no puede pagar.
Aunque cerca de la zona ejidal pasa el río Pánuco, el cauce en esta zona ya ha sido alcanzado por la cuña salina, haciendo imposible que esta agua pueda ser usada para ganado o incluso para riego.
Altamira se seca
Ante lo prolongado del período de estiaje que se ha registrado en la zona sur de Tamaulipas, las lagunas que sirven de fuente de riego para los cultivos, al sector ganadero y abasto para la población poco a poco se van secando a consecuencia de la evaporación por las altas temperaturas que se han registrado.
Carmelo García Gómez, productor agrícola y comisariado ejidal de Maclovio Herrera -conocido como Miradores-, indicó que la laguna que tienen para abasto emergente de la población “se está secando cada día más”.
La única esperanza es que lleguen las precipitaciones, “esperemos que en las próximas semanas llueva de una forma abundante para que llene esta laguna y otras más del área rural del municipio”.
Esta laguna, que se extiende en aproximadamente una hectárea, actualmente tiene un nivel de agua no mayor a un metro, “está muy azolvada, requiere que le saquemos los lodos para que tenga mayor capacidad de almacenamiento”.
El agua captada en este cuerpo sirve de abasto emergente a la población del ejido Miradores cuando falla la red de distribución que suministra la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) Altamira.
Otra de las lagunas que está perdiendo el espejo de agua es la localizada a un costado de los campos agrícolas en las inmediaciones del paso a desnivel del «expuente roto«, el cual se abastece de los escurrimientos pluviales que están secos.
En este espejo de agua el nivel de profundidad apenas alcanza los 30 centímetros, lo cual está a punto de secarse.
La zona norte de Veracruz y el sur de Tamaulipas han perdido el verdor de sus campos, dejando en evidencia la severa crisis que enfrenta el campo por la falta de agua, sin que se haya planteado a productores un plan emergente para poder sobrevivir la situación que temen empeore.