Ciudad Victoria, Tamaulipas.– En una medida histórica que marca un avance significativo en la defensa de los derechos humanos, el Congreso del Estado de Tamaulipas aprobó una reforma legal que tipifica como delito la práctica de las llamadas terapias de conversión, destinadas a modificar la orientación sexual o identidad de género de las personas.
La reforma, aprobada por mayoría, establece que quienes realicen, promuevan o faciliten estas prácticas serán sujetos a sanciones penales que incluyen multas económicas y penas de prisión, con el objetivo de erradicar un tipo de violencia y discriminación que ha sido ampliamente condenada por organismos nacionales e internacionales, incluyendo la Organización Mundial de la Salud y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Durante la sesión legislativa, los diputados señalaron que estas terapias no solo carecen de base científica, sino que además generan daños psicológicos, emocionales y sociales en las personas sometidas a ellas, especialmente en jóvenes y adolescentes de la comunidad LGBTQ+. Por ello, consideraron urgente legislar para proteger la integridad y dignidad de estos grupos vulnerables.
Además de la tipificación penal, la reforma contempla la implementación de programas de sensibilización, capacitación y prevención dirigidos a instituciones educativas, de salud y organismos públicos para erradicar prácticas discriminatorias y fomentar una cultura de respeto e inclusión.
Representantes de organizaciones civiles y activistas por los derechos LGBTQ+ celebraron la aprobación de la reforma, calificándola como un paso fundamental para combatir la discriminación estructural y proteger a quienes han sido históricamente vulnerados.
Con esta iniciativa, Tamaulipas se suma a un grupo creciente de estados en México que avanzan en la protección legal contra las terapias de conversión, fortaleciendo el marco jurídico para garantizar la igualdad y el respeto a la diversidad sexual y de género.
El Congreso local hizo un llamado a la sociedad en general a promover el respeto, la tolerancia y la aceptación de todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género, para construir una comunidad más justa y libre de violencia.